No me mires de manera seductora,
mejor aprende a observarme bien.
No me cortejes con regalos,
prefiero detalles que me alegren.
No me beses sólo porque el momento parecía ser el indicado,
conténlo,
y cuando las ganas se desborden,
besame sentido y lento.
No toques mi cuerpo si no lo deseas del todo aún,
tócalo cuando en verdad sientas un gran deseo,
entonces tus caricias,
serán reales y no parte de un protocólo.
No me digas que me amas, pero en esto soy muy firme...
No me digas que me amas, ni hoy, ni mañana,
sabes bien que un hecho dice más que mil palabras.
Y si en verdad me observas,
te mantienes a distancia,
con aire y mucha calma,
y el silencio predomina entre tu y yo,
sabiendo un día que hay en nuestras ansias,
con las tripas aún revoloteadas,
ese día no habrá más dudas,
sabré que realmente me amas.
Las palabras se habrán ido,
por lo tanto las promesas no tendrán lugar,
y las decepciones, serán una historia más...
Que las ganas nos acompañen,
la honestidad nunca nos falte,
la estabilidad sea nuestra cueva,
y que el amor por fin nos sonría...
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