Mi cuerpo está agotado pero mi alma se encuentra bailando, metas cumplidas, nuevos proyectos, cambios positivos, y de pronto... Ahí está... de nuevo... corrompiendo mi estado de ánimo, obstaculizando el proceso de mi felicidad...¿porqué siempre permito que sea igual?
Y sí, hablo de ti, tú... que siempre apareces cuando menos se debe, cuando empiezo a crecer, cuando empiezo a creer. No entiendo porque siempre durante el otoño te da por volver. Maldita mi mente que me traiciona, porque me dice que no lo haga, y a pesar de eso siempre pienso en ti. ¿A qué estamos jugando? ¿Como se llama tu juego? Te vas, regresas, desapareces y vuelves a aparecer. Y yo solo me pongo mi caparazón de paciente y de permitirte ser. ¿Que porque así, yo te quiero? Es verdad, pero eso no es un acierto, porque entonces ¿yo en donde quedo? Quisiera estar contigo y no puedo, tu enredo y mi espera no siempre se llevan.
No entiendo las reglas de este juego, quise jugar las convencionales, y no te gustaron, incluso te aburrieron, después comprendí que la única regla, es que no había reglas, y así me moví. Llevaba mi estrategia ya bien puesta y me volviste a romper todo mi esquema. ¿De que se trata entonces? ¿Quieres frialdad o quieres romance? ¿Permitirte sentir o seguirte escondiendo bajo tus supuestos planes?
Quizá esta ocasión sea yo quien tome la decisión de irme, como ya lo has hecho antes, pero tengo miedo que sea precisamente esto lo que provoque que nunca te alejes, porque siempre contradices, porque de cabeza esta tu mundo, y lo que tienes nunca lo quieres, jamás será suficiente, pero cuando eso que no querías se te va, lo comienzas a extrañar. ¡Que contradicciones! ¡Cuanto absurdismo carajo! Así mis deseos se abren a dos vertientes, la primera es irme porque solo así podrás quererme, la segunda es verte, sentirte, besarte pero jamás llegaré a tenerte. Así que cualquier cosa que decida...
¡¡¡ESTOY JODIDA!!!
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